Así pensó Gallardo al nuevo River: plantel más joven, más hambre y otro paradigmademercado

Todavía no está completamente terminado el mercado de pases de River, pero ya empiezan a verse en el plantel y en el campo la reoxigenación a la que invocó Marcelo Gallardo después de un semestre en el que su equipo no estuvo a la altura de las expectativas que había generado en enero. Y más allá de lo que ya mostró el CARP en las primeras dos fechas del torneo Clausura, con caras renovadas, buenos pasajes de fútbol y sobre todo mucha contundencia (que no es poco para un fútbol argentino tan seco y tampoco para el propio River, que en el semestre inicial tardó demasiado tiempo en activar su poder de fuego), hay una proyección clara de lo que buscó el cuerpo técnico en esta ventana con una política de compras y de salidas que cambió respecto a la del verano.

Marcelo Gallardo arma el plantel. Prensa River

Los movimientos de mercado entre los que se fueron y los que -ya marginados- se irán en los próximos días y los que llegaron, llegarán y subieron a Primera dejan a las claras como primera lectura que MG buscó bajarle el promedio de edad a su staff, que pasó de una media de 28,47 años en la primera parte del año a 25,96. Sí, era necesario evidentemente para un plantel que era uno de los más longevos del fútbol argentino y que, de hecho, fue con Rayados el más veterano de todos los que participaron del Mundial de Clubes en Estados Unidos. Para eso, entre los que ya salieron y los ya no son tenidos en cuenta (Mastantuono, Pirez, Tapia, Rojas, Simón, Gattoni, Kranevitter, Aliendro, Lanzini y Lavagnino), dejó en el camino un grupo que promedia 28 años y en paralelo incorporó a otro entre refuerzos, repescas y promociones de juveniles que se instalaron fijos (Rivero, Boselli, Costantini, Lencina, Juan Cruz Meza, Dadín, Salas, Quintero, Galarza Fonda, Portillo y Woiski) con una media de 22.

Recambio Gallardo 2025 cancha

Claro que la renovación de energías no pasó meramente por una cuestión de DNI. Después de un mercado y medio en el que salvo alguna contada excepción el Muñeco buscó jerarquía en futbolistas ya consagrados, esta vez la premisa fue otra. Juan Fernando Quintero fue la única figura que hace match con la política de compras anterior y es un caso excepcional en sí mismo: fue el propio colombiano el que motorizó su tercer ciclo: por lo demás, Gallardo buscó perfiles con menos cartel, con más overol y sobre todo con más hambre de gloria. La impresión de un River aburguesado, que jugaba con la panza llena por tantas figuras que ya ganaron todo, incluyendo el Mundial o la Copa Libertadores, contrasta con nombres para los que llegar a Núñez (o debutar, en el caso de los pibes) representa el mayor desafío de sus carreras. Acaso Maxi Salas sea el emblema de esa premisa. Y ya empieza a verse: el ex delantero de Racing, en apenas dos partidos, mostró además de jerarquía y aplomo una intensidad y entrega que le faltaban al CARP y que incluso parecen tener un efecto contagio para el resto, así como las apariciones de Lencina y Meza Jr. le dieron un aire fresco al ataque que por muchos tramos del primer semestre se veía algo espeso.

Marcelo Gallardo pensó en la renovación. Prensa River

Claro, cuando se recupere Driussi, cuando se ponga a punto Juanfer y cuando se acoplen Galarza Fonda y Portillo probablemente los pibes dosifiquen mucho más sus minutos en campo y vayan aportando lo suyo de manera más espaciada, pero que Gallardo ya haya considerado a JC Meza, a Lencina y a Subiabre por encima de otras opciones de nombre como Nacho Fernández, Galoppo o Pity Martínez ya es un mensaje fuerte en sí mismo.

En todo caso, que esta renovación alcance para pelearles la Copa Libertadores a los cucos brasileños que en el MdC volvieron a demostrar que están a otro nivel competitivo, y con Palmeiras en un horizonte probable en un par de meses, está por verse. Porque los juveniles necesitan tiempo, porque Boselli y Rivero tendrán que readaptarse al modo River, porque habrá que ver cómo encajan los refuerzos de Talleres: ahí, cuando las primeras papas quemen, los que tendrán que volver a dar la cara son en su mayoría los jugadores con más rodaje que vienen de hacer una primera parte de 2025 con altibajos pero que no dieron la talla justamente en los partidos en los que más debían hacerlo. Aún así, con la idea de quedarse en el club por mucho tiempo, MG también proyecta a mediano y largo plazo, entendiendo que cada jugador tiene sus procesos y que incluso en diciembre probablemente siga la renovación generacional con otras vacas sagradas que por una cuestión lógica seguirán acelerando el proceso por el cual empiezan a ser más importantes en el vestuario que en el campo.

REUTERS/Agustin Marcarian

Sí, hay un nuevo River en marcha. Un River más joven, un River con otras caras, un River con más hambre que deja a un lado, al menos por un rato, la fórmula de traer casi exclusivamente a los hombres que protagonizaron los días más felices, acaso con la idea de que iban a eludir el “síndrome River” más fácil. Esos jugadores que en muchos casos ya no son los mismos: era tiempo de intentar crear nuevas figuras, de volver a pensar en sacar un álbum de estudio después de tantos compilados de grandes éxitos.

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