Exsecretario de Finanzas: «No tenemos un riesgo país adecuado para poder rollear deuda»

Eduardo Setti, economista y exsecretario de Finanzas, advirtió que la actual política de atraso cambiario compromete la acumulación de reservas del Banco Central. En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), explicó que este escenario dificulta alcanzar un nivel de riesgo país adecuado para “rollear” la deuda: “Si se hubiera dejado correr un poco el tipo de cambio, podríamos enfrentar los próximos vencimientos de los títulos públicos”.

Eduardo Setti es economista y fue secretario de Finanzas de la Nación durante la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía (2022-2023). Además, se desempeñó en la Dirección de Operaciones del Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la ANSES. Esta semana, en una entrevista en Canal Económico, dijo: «Yo creo que es un equilibrio poco sostenible a largo plazo».

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Me gustaría que ampliaras para nuestra audiencia el concepto que mencionaste esta semana en Canal Económico, sobre lo precaria y poco sustentable que es la política fiscal actual a largo plazo.

Eso que yo digo tiene dos puntos. Uno es la sostenibilidad del atraso cambiario o del dólar barato, y otro tema es mantener las cuentas fiscales ordenadas. Creo que el Gobierno tiene relativamente ordenadas las cuentas fiscales, aunque no tal cual lo dice, porque todos sabemos que tiene algunos bonos que tienen incluido el interés en el capital. Entonces, cuando se refleja la cuenta, parece que estamos solo renovando el capital, pero en realidad ahí está incluido el interés, y cuando esa cuenta se hace un poco más finita, es un poco más relativo el resultado del superávit que hoy vemos. Pero yo digo que es precario el equilibrio porque hay cuestiones que, a largo plazo, con mi concepción de país, no las veo sostenibles.

Me refiero a desatender la salud pública, la educación, la obra pública, el mantenimiento de rutas, trenes, agua potable o gas. Creo que son cuestiones necesarias para un país y, en la Argentina, tal cual estamos estructurados y tal cual venimos funcionando hace muchísimos años, todo este tipo de cosas recaen sobre el Estado. No lo veo sostenible, y no veo que nadie esté haciendo lo que el Estado no hace. No veo que esté sucediendo lo que Milei venía pregonando en campaña, de que la obra pública la iba a hacer el privado. Y, si así fuese en algún momento, tampoco creo que el privado se vaya a hacer cargo de obras determinadas que no sean rentables. El Estado va a dejar un hueco importante ahí, y no creo que esto pueda seguir así in eternum.

¿Qué porcentaje del producto bruto representa la obra pública en promedio, a lo largo de los años y en distintos gobiernos?

No estoy ahora con los números en la mano, pero sé que es un número importante en el presupuesto y no lo podemos desatender. Sí sé que es una parte importante del superávit que hoy tenemos, o de la generación de un equilibrio fiscal.

Si la obra pública, al lado de lo que significan las jubilaciones, es mucho menor, podría esperar que el equilibrio se mantenga o el superávit se mantenga simplemente con crecimiento de la economía y con mayor recaudación.

Claro, eso lo pienso así. Yo creo que alguna alternativa acá es sostener la evolución de la economía y que sea una economía creciente, no una economía decreciente como la que tenemos hoy. El atraso cambiario nos lleva a que la situación de la economía vaya decayendo progresivamente y que vaya deteriorando muchos sectores. Entonces, no veo que el equilibrio fiscal se pueda mantener por el crecimiento de la economía. Eso es lo que yo estoy pensando en este momento. Por eso digo que cualquier cuestión como la salud, la educación o la obra pública —más allá de que el peso sea relativo dentro del producto bruto— es un punto importante, porque no estamos yendo a una economía de crecimiento.

Si nosotros vemos los datos y desagregamos un poco los datos de la economía real, empezamos a ver cierre de empresas, pérdida de puestos de trabajo y precarización de los puestos de trabajo. Cuando desagregamos un poco el consumo, empezamos a ver que el consumo es prácticamente de clase media alta y clase alta, y que los sectores más postergados están consumiendo cada vez menos. Entonces, empezamos a ver un deterioro en la economía real, que creo que en otros momentos de atraso cambiario vimos esto mismo.

«“Neo veo que el equilibrio fiscal se pueda mantener por el crecimiento de la economía”, dijo Eduardo Setti.

Progresivamente, eso también puede llevar a un deterioro de la recaudación, y un deterioro de la recaudación nos lleva a un círculo vicioso difícil de salir. Porque en la medida que uno empieza a entrar en una situación en la que la recaudación es cada vez menor, nosotros progresivamente tenemos que ir manteniendo este equilibrio. Y un progresivo ajuste vuelve a deteriorar la economía real. Mucho más si mantenemos un atraso cambiario como el que tenemos hoy durante mucho tiempo, algo que tampoco veo sostenible en estos términos por la cantidad de dólares que tiene el Banco Central en sus reservas.

Elizabeth Peger: Acabamos de finalizar el período más positivo en términos de estacionalidad para el ingreso de dólares. Seguramente la aceleración de liquidaciones del campo que hubo para mantener el beneficio de la baja de retenciones, que ya no es más, van a seguir ingresando dólares. Pero, a partir de mitad de mes, se va a volver a un escenario complicado. De hecho, los números están mostrando niveles casi nulos de ventas de granos argentinos. A esto se suma que la cotización del dólar oficial se aceleró bastante, en forma marcada, en los últimos dos días. Hay mucha especulación respecto de esto, lo que va a pasar también con la salida de dólares por el tema turismo, la mayor demanda por el tema aguinaldo, incluso el impacto que puede llegar a tener el desarme de carry trade a partir del informe de JP Morgan. ¿No se avecina también un problema más complejo en el corto plazo con el tipo de cambio?

Coincido bastante en el análisis que hacés, prácticamente es lo que yo pienso. Tuvimos seis meses como país para acumular reservas. Probablemente, después del préstamo desesperado que fuimos a buscar como último recurso y último lugar donde teníamos disponible plata para sostener este atraso cambiario. Ahí tuvimos un tiempo donde, si se hubiera dejado correr un poquito el tipo de cambio y se lo hubiera llevado a niveles donde pudiéramos haber comprado y el Banco Central se hubiera dispuesto a comprar, creo que hubiéramos acumulado una cantidad de reservas importante, por lo menos para hacer frente a los vencimientos de los títulos públicos que tenemos ahora en pocos días.

EP: Sí, 9 de julio. Son 4.300 millones.

Exactamente. Al no haber acumulado reservas, esa baja va a generar un ruido, que ya está previsto en el imaginario del mercado. Entonces, yo empiezo a ver que todo esto que vos describiste recién es un cóctel complicado para el Gobierno. También creo que el Gobierno tiene muy decidido llegar con el tipo de cambio lo más «pisado» posible para mantener una ilusión de inflación baja y mostrar su única variable que tiene medianamente controlada antes de las elecciones.

Cuando uno hace un análisis macroeconómico, tiene que empezar a pensar en las distintas variables de la economía y no solo pensar en una. Porque cuando nosotros sostenemos un atraso cambiario semejante, no estamos generando las reservas adecuadas para ser confiables ante los acreedores internacionales, razón por la cual no tenemos un riesgo país adecuado como para poder rollear la deuda. Porque si pudiéramos rollear la deuda, rollear el capital y solo pagar los intereses, la situación sería otra y no nos debilitaríamos tan fuertemente en el balance del Banco Central en unos días.

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EP: El tema son los costos. ¿Te parece que el Gobierno está dispuesto a sostener esta situación?

Yo creo que sí. Porque si no, no hubiera tomado un préstamo desesperado con el FMI y no hubiera mantenido la no operación y no compra de dólares entre brechas, entre las bandas que tiene permitido en el programa económico. Y si hubiera dejado correr un poco el tipo de cambio —no mucho más de lo que está ahora, en 1.260 o 1.270—, hubiera acumulado una cantidad de reservas interesantes. En ese caso, por lo menos estaría en posición de hacer frente a los vencimientos que tiene ahora en pocos días.

Y si el mercado tuviera previsto que no van a sacar plata del préstamo obtenido para pagar los vencimientos que tiene, probablemente el riesgo país estaría en otro nivel, que hoy no está. Lo que nosotros vemos, no lo vemos solo nosotros: lo ve el mercado. Lo que pasa es que el mercado abre ventanas de dos o tres meses, donde decide que todavía hay un margen de tiempo para ganar plata, y entonces se mueven dentro de ese mercado, pero en algún momento desarman y salen. Pero lo que nosotros vemos, ellos también lo ven. Tienen equipos permanentemente monitoreando la economía argentina, así que no veo un panorama muy favorable.

EP: La misma advertencia, con enorme diferencia, la hizo Domingo Cavallo en las últimas horas.

Sí, por supuesto. Se los viene diciendo con la mejor buena voluntad, y les viene pidiendo que, por favor, revean la situación. Se nota y se ve que no es sostenible esto a largo plazo. Y nosotros, desde nuestro espacio, desde el día que se puso en marcha este plan, venimos diciendo que tienen que tener mucho cuidado con lo que estaban haciendo. Creo que se están jugando con fuego, porque estamos sosteniendo un atraso cambiario en condiciones no sostenibles durante un tiempo enorme, y al presidente Milei y al ministro Caputo les quedan por delante dos años y medio de gobierno.

Es muy peligroso estar jugando de esta manera con las reservas de Argentina, porque no tenemos más dónde ir a buscar. Este fue el último préstamo que puede tomar la Argentina. Y el ministro Caputo tiene experiencia en esto, porque ya le pasó una vez. Mantuvo el tipo de cambio atrasado en base a deuda, y no le salió muy bien. Él dice que la única diferencia que tenemos hoy es que tenemos las cuentas fiscales un poco más equilibradas que en otro momento. Pero eso no es suficiente para dar previsibilidad al mercado. El mercado no quiere cobrar en pesos, quiere cobrar en dólares. Y si los dólares no están, no hay previsibilidad. Por lo tanto, el riesgo país no se va a acomodar en los niveles que el Gobierno necesita para poder reacomodar los vencimientos de deuda que tiene por delante.

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