En un mundo cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA, por sus siglas en inglés), las empresas enfrentan un desafío fundamental: construir una cultura basada en la confianza y la transparencia. Estos valores no solo son el tejido invisible que une a las organizaciones, sino también el motor que impulsa la colaboración, la innovación y el compromiso, especialmente entre las nuevas generaciones de empleados.
Cómo el Coaching Empresarial impulsa el cambio y la productividad en las organizaciones, por Marce Hurtado
La confianza: un activo estratégico
Stephen Covey, autor de «Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva», lo expresa con claridad: “La confianza es el tejido de toda relación humana”. Sin confianza, las relaciones laborales se desgastan, los equipos se fragmentan y las organizaciones pierden su capacidad de responder de manera efectiva a los desafíos del entorno.
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Una encuesta reciente difundida por la consultora Great Place to Work sobre los mejores lugares para trabajar respalda esta premisa:
● Un 84% de los empleados en las empresas mejor calificadas siente que la dirección muestra un interés genuino en ellos.
● Estas empresas registran un 55% más de percepción positiva sobre el cuidado de los líderes hacia sus equipos y un 48% más de alineación con los valores corporativos.
● Además, en ellas, la percepción de justicia en las promociones es un 60% superior al promedio.
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Es decir, la confianza no solo genera un entorno de seguridad psicológica, donde los colaboradores pueden ser auténticos y tomar riesgos, sino que también actúa como un catalizador para atraer y retener talento.
Los cuatro pilares de la confianza
En su obra «Ontología del Lenguaje», el reconocido sociólogo y Dr. en Filosofía, Rafael Echeverría, define cuatro pilares fundamentales que sustentan la confianza: sinceridad, credibilidad, competencia e involucramiento. Estos pilares ofrecen un marco práctico para que las empresas evalúen y desarrollen una cultura sólida:
1. Sinceridad: fomentar una comunicación abierta y honesta, donde los empleados puedan expresar ideas y emociones sin temor a represalias.
2. Credibilidad: asegurar la coherencia entre las palabras y las acciones, actuando con integridad y cumpliendo los compromisos.
3. Competencia: garantizar que líderes y colaboradores cuenten con las habilidades necesarias para desempeñar sus roles de manera efectiva, y estén dispuestos a aprender y crecer cuando sea necesario.
4. Involucramiento: mostrar un interés genuino en las personas y los proyectos, participando activamente y trabajando hacia objetivos comunes.
Ahora bien, ¿por dónde empezar? La construcción de una cultura de confianza y transparencia requiere un enfoque interdisciplinario. En este contexto, las empresas están demandando cada vez más profesionales especializados en áreas como la psicología organizacional, la consultoría en cultura corporativa e, incluso, data analytics aplicada a recursos humanos para medir y analizar la percepción de confianza y transparencia en tiempo real, facilitando ajustes rápidos y efectivos.
No obstante, el disparador para una transformación real en la cultura de la organización pasa por el cambio de posición de sus líderes y equipos. Para eso, el coaching ontológico se presenta como una herramienta poderosa para que reflexionen sobre cómo están siendo en su día a día. Este enfoque ayuda a las organizaciones a tomar conciencia de sus acciones, lenguaje y formas de relacionarse, transformándolas desde dentro.
Los líderes, en particular, deben observarse y preguntarse:
● ¿Cómo demuestro competencia y disposición para aprender?
● ¿Soy sincero y transparente en mis interacciones?
● ¿Mis acciones reflejan la credibilidad que profeso?
¿Estoy realmente involucrado y comprometido con mi equipo y nuestros objetivos?
El futuro de las organizaciones
Este camino de transformación resulta vital, sobre todo si se tiene en cuenta que las generaciones más jóvenes de empleados no sólo valoran un buen salario; buscan entornos donde puedan confiar en sus líderes, expresar sus ideas y desarrollarse plenamente. Las empresas que comprendan esta demanda y actúen en consecuencia tendrán una ventaja competitiva significativa en la atracción y retención de talento.
Empresas argentinas: hacia un presente sostenible
En este camino, los líderes tienen la oportunidad —y la responsabilidad— de ser los generadores de redes de confianza que transformen sus empresas en lugares donde todos quieran estar, crecer y contribuir. La confianza y la transparencia ya no son valores secundarios; son el corazón del futuro empresarial.
* Master Coach. Vicepresidente de la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional (AACOP).