“La fealdad de Ricardo III descripta por Shakespeare es el modo de aquel entonces de equiparar lo feo con lo malo. Hoy esa idea es ingenua, cuando no hay nada más bello que la maldad. Lo vemos a diario en redes sociales: todo es cinismo, ostentación de la belleza, manipulación de la belleza, del poder, de lo estético, de lo que se maquilla para que parezca bello. Hay un trabajo tan enorme porque detrás de esa belleza, hay una manipulación malévola”, dice Joaquín Furriel en torno a “La verdadera historia de Ricardo III”, versión libre del español Calixto Bieito y Adrià Reixach sobre la obra de William Shakespeare, con traducción de Lautaro Vilo y dirección general de Bieito.
Furriel ya había trabajado con el director en “La vida es sueño” de Calderón, estrenada en el San Martín en 2010 y en esta obra estará estará acompañado por un notable elenco integrado por Luis Ziembrowski, Ingrid Pelicori, Belén Blanco, María Figueras, Marcos Montes, Luciano Suardi, Iván Moschner, Luis “Luisón” Herrera y Silvina Sabater.
Se estrena el viernes 27 en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín con un montaje que parte de un hecho real: el descubrimiento en 2012, en una playa de estacionamiento de Leicester, de los restos de Ricardo III, que puso fin a un misterio de 500 años sobre dónde descansaba el cuerpo del último rey inglés fallecido en batalla.
“Así empieza nuestra historia: una disección, no solo del turbulento pero breve reinado de Ricardo, sino también de la maldad humana que, consciente o inconscientemente, forma parte de nuestra naturaleza biológica y psicológica”, afirma el director sobre su versión de un rey retratado por Shakespeare como “deforme y maquiavélico, tirano y sanguinario, que nos recuerda que el mal forma parte de nuestra vida diaria. Que el mal es inherente al ADN humano, que la maldad y la bondad anidan en el corazón del hombre”.
Difícil de reconocer sin su barba de años, Furriel se afeitó ya que “entre barba y pelo aparece una figura romántica y débil para mi personaje”. Conversamos el actor en el San Martín, quien a fin de año estrena una película de Hernán Godfrid junto a Diego Peretti, el 19 de septiembre lanza en Netflix la nueva serie de los creadores de “La casa de Papel” y a fin de año presenta la película española “Contrafuego”. Hasta fin de septiembre ofrecen funciones en el CTBA y luego se van de gira con la obra a España y Bilbao, mientras aquí habrá obras de España.
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En el diálogo con Ambito, Furriel sostuvo que «Esta es una puesta contemporánea, una versión para hablar sobre la maldad, con momentos impactantes, porque Calixto es un director de pulsiones primitivas, potentes y bellas».
Periodista: ¿Cómo es presentar este clásico luego de otros como “Rey Lear”, “La vida es sueño” o “Sueño de una noche de verano”?
Joaquín Furriel: Se fue armando un repertorio de obras, con actores que pasan por diferentes clásicos. En esta sala dije el monólogo de Segismundo de “La vida es sueño”, “El ser o no ser” de “Hamlet”, ahora “Mi reino por un caballo”. Cada vez que me encuentro con una obra como esta puedo hacer un trabajo de campo que me apasiona, no sé cuanto se verá en el escenario pero disfruto de los libros que leí para abordar la idea de Calixto sobre la obra, que es sobre el mal. Nuestra especie tiene el gen de la maldad, el hombre nace malo. El texto original muestra a la persona que quiere hacer algo y nada se le opone, no tiene conflicto y logra llevarlo a cabo. Y lo que decide hacer es bestial, es matar mucha gente para mantenerse en el poder.
P.: ¿Cómo es esta oportunidad de volver a trabajar con el director español?
J.F.: Es el director con quien hice Calderón de la Barca, tenemos un vínculo, pausado pero fuerte para que aceptara esta obra y para entusiasmarse. No es fácil lograr que un director venga en su mejor momento, porque si bien Buenos Aires tiene mucho reconocimiento, económicamente no compite con la Opera de París. Así que valoro mucho que trabaje con nosotros, creo que lo hace también por el amor que tiene por los intérpretes argentinos.
P.: ¿Cómo es la versión de Calixto, en la que aparecen todos vestidos como forenses?
J.F.: Es una puesta contemporánea, es una versión para hablar sobre la maldad, con momentos impactantes, porque es un director de pulsiones primitivas, potentes y bellas. La obra tiene mucha violencia y humor sarcástico. En la obra original, Ricardo arranca el monólogo diciendo todo lo que va a hacer y lo concreta. En esta versión veremos lo que descompone el poder, la soledad que implica la descomposición mental, la megalomanía y la situación de creerse magnánimo para llevarse todo puesto. Hay un único final posible y es trágico.
P.: ¿Qué más podés decir de esta obra de Shakespeare y cómo la aborda esta versión?
J.F.: Hoy la versión original, a mi juicio, terminaría siendo una farsa. Esta no es de las mejores obras de Shakespeare, sí en cuanto a plot pero no tiene magníficos textos como “Hamlet”, “Rey Lear” o “La tempestad”. Es una obra histórica, de las últimas, dicen que es la antesala de “Hamlet”. Lo interesante es la idea de que Shakes escribe en la alta Edad Media mientras en 2013 encontraron el cadáver de Ricardo III por los ricardianos, un grupo que busca reivindicarlo porque no está reconocido como Rey sino como un usurpador del trono. Lograron encontrar el cadáver, vieron que tenía escoliosis, no que era jorobado como escribió Shakespeare.
P.: ¿Qué otros temas aparecen en la obra?
J.F.: Además de la maldad o el poder, están las relaciones filiales, esas familias que se dan unos con otros. El público lo pasará bien porque este Shakespeare no es una historia de reyes nada más, hay vínculos. Calixto no quería 20 actores, quería 10 actores solistas, que puedan sostener una obra, todos podrían ser Ricardo III. Ese elenco es parte de la propuesta, es de los más potentes con que trabajé, son actores y actrices de mucho recorrido y compromiso con el teatro, son directores y docentes.
P.: ¿Cómo ves el teatro y la cultura?
J.F.: Vivimos un momento de profundo cambio a como veníamos entendiendo cosas, esto es el prólogo de un epílogo. Es un buen momento para replantearnos y ver cómo podemos mejorar y potenciar las instituciones culturales. En todos los momentos históricos que hubo ataques contra la cultura se generó unión. Pongo en valor un Estado sano, hace tiempo no se podía hablar de cómo hacer para que las instituciones funcionen mejor. El Estado se ha transformado con diferentes gobiernos, hay que decir las cosas como son, la destrucción de eso es tan fácil porque hay gran parte de la población que está harta.La cultura es dinámica y contribuye a la creación de identidad de un pueblo. Como primer factor, dejó de existir la TV, un gran vacío que me generó tristeza ya que es un gran espacio de formación y cercanía directa con los espectadores.
P.: Te formaste con la TV abierta y se generó ese lazo con el público, ¿eso ahora no ocurre?
J.F.: En España o Brasil se mantiene ese ritual pero aquí no porque es un negocio y ante la precarización que se ve en todos los ámbitos, prendés la tele y se ve que no están los presupuestos de otra época. Hay una estética en TV que habla de un país que se vino a pique. Por otro lado, el cine para adultos está muy difícil en salas, de modo que el teatro vuelve a ser el espacio de sostén para mucha gente que vivía de otras industrias que se frenaron. La generación de Lali Espósito y Peter Lanzani probablemente sea la última de ese vínculo con los espectadores y actores de TV. Al revés, la música se transformó y se revalorizó. Fito con serie, Paco Amoroso, Lali, Maria Becerra, Milo J, Duki, la música está llegando a mucha gente, un espacio al que llegábamos con ficciones, y ahora se llega por plataformas, pero quienes protagonizan son quienes fuimos populares en TV en otra época.
P.: Las plataformas tienen todavía menos llegada que la TV abierta o la radio..
J.F.: Además quien ve TV en España o Brasil lo hace en simultáneo, todos viendo lo mismo, y para tener acceso al streaming hay que tener tarjeta de crédito e Internet. El streaming tiene un límite, no llega, y mucho de este público que nos veía en TV viene al San Martín porque hay entradas desde 7500 pesos y muchas promociones.