Opiniones sobre el fin del mundo es una columna que busca dar cuenta de lo que reflejan algunas de las notas de opinión dominicales de los medios masivos de comunicación y otras nuevas plataformas. Obviamente, por el medio donde se publica esta pieza, busca entender la realidad y a la vez proponer ideas para transformarla mediante políticas socialistas.
Los ataques a la prensa siguen proliferando. El espíritu más antidemocrático del presidente muestra los dientes a la libertad de expresión. No admite crítica ni de medios que fueron un soporte importante para llegar al poder. Una derecha astillada, que profundiza su interna luego de ficha limpia. La aparición electoral de la izquierda en las elecciones del norte.
Una campaña contra la libertad de expresión
Ser oficialismo no es lo mismo que oposición. Esta frase trillada parece resonar al interior del gobierno de La Libertad Avanza. Más allá del blindaje conseguido por el FMI, la pandilla libertaria sólo pudo sostener el precio artificial del dólar a costa de seguir rifando el mismo préstamo mencionado. En términos concretos, esta operación explicada de forma muy sencilla a pesar de las estafas financieras que significan, no ha repercutido y todo indica que no lo va a hacer en un mejoramiento de las condiciones de vida de las mayorías.
“Sin la casta” en el Ejecutivo y con Milei en la Rosada, los trabajadores y todos aquellos que viven de sus ingresos, no ven mejoras que el gobierno pueda utilizarlas en su campaña electoral. En ese marco, el fenómeno de ultraderecha local se relanzó con un discurso contra la prensa, que sólo dejó sin señalar por el momento a los voceros que dejan manipular sus entrevistas por un asesor presidencial. Esta dinámica actual del presidente la detalló Jorge Fontevecchia al señalar en su columna la avanzada judicial contra diferentes periodistas: “Esta semana que pasó el Presidente avanzó en su prédica por el odio al periodismo iniciando él mismo una causa por calumnias e injurias contra comunicadores y periodistas: Carlos Pagni (juzgado de Daniel Rafecas), Viviana Canosa (juzgado N° 2 de Sebastián Ramos) y Ari Lijalad (juzgado Nº 6, hoy a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi)”[i]. Y, además, agregó polemizando contra los argumentos del Ejecutivo: “En este caso, los periodistas –al ser un colectivo que ejerce la libertad de expresión y el derecho a la información– son destinatarios de una manifestación hostil por motivos políticos. La crítica del Presidente no parece ser una simple expresión de disenso, sino una invitación a aumentar la animosidad social hacia ese grupo.
Dicho de otro modo: no se trata de una discusión pública saludable, sino de una frase que podría interpretarse como un llamado a intensificar el odio contra quienes piensan distinto o cuestionan al poder”[ii].
Sergio García, sobre el mismo debate, agregó que este comportamiento de Milei hay que entenderlo como parte de una práctica de la ultraderecha a nivel internacional. En un reciente video explicó: “La política del gobierno de Milei y de todos los ultraderechistas del mundo contra la prensa, hay que ubicarla en este contexto político mundial. Y en la necesidad política que tienen estas fuerzas de polarizar a las sociedades y de tratar de desviar la atención de otros temas para hacer pasar sus macabros planes sociales. Por ejemplo, veamos a Trump. En este momento Trump está prohibiendo agencias de noticias. Debate y se enfrenta a algunos medios de comunicación que lo critican y en algunos casos, por ejemplo, directamente, no ha dejado participar a periodistas de algunos medios de comunicación que se negaron a definir como Golfo de América al conocido Golfo de México”[iii].
La ficha limpia que no fue y la crisis de la derecha
La performance analizada del gobierno en medio del año electoral no es una práctica que cierre a algunos sectores de la derecha. Prefieren un comportamiento más “institucional” para terminar de sellar el plan de ajuste que lleva adelante Milei. Sin embargo, los quiebres son más profundos y, entre ellos, estuvo el caso del tratamiento del proyecto de Ficha Limpia.
Eduardo Van Der Kooy, en Clarín, destaca que los pormenores del episodio de la siguiente manera: “El fracaso en el Senado de la aprobación de Ficha Limpia sería una demostración elocuente de aquel propósito. El proyecto se cayó y no podrá ser considerado de nuevo hasta 2026. El motor libertario se activó por dos razones. No sacar del foco a la ex presidenta. Privarle al PRO una bandera para las elecciones en la Ciudad de la próxima semana que se ocupaba de agitar la candidata Silvia Lospennato. La diputada, de las mejores en una Cámara pobre, quedó desprotegida y enfrentada públicamente con Milei y el portavoz Manuel Adorni, su rival porteño. Hasta ahora venía eludiendo esa colisión por la cercanía del PRO con La Libertad Avanza y la promesa incumplida de que Ficha Limpia se convertiría en realidad”[iv]. Hay más hipótesis que las mencionadas sobre este hecho, sin embargo, en esencia, lo que refleja es una derrota política de la derecha. Y, por ende, una disputa que va a recrudecerse el próximo domingo con las elecciones porteñas.
En el sentido marcado Jorge Liotti escribió en La Nación: “El cruce entre Milei y Macri ya desbarrancó en las acusaciones por falta de transparencia. Es la fase terminal de la disputa entre ellos, que ratifica que la administración de la pelea porteña fue inmanejable para una dupla que se cargó de desconfianzas. Sólo basta ver cómo los dos bajaron abiertamente a la campaña porteña con sus candidatos en el sidecar”[v]. También retoma la polémica entre la fauna de conservadores el periodista de El Destape, Diego Genoud. En su columna analizó: “Todo depende de lo que pase la semana que viene en la elección de la ciudad de Buenos Aires, donde los Macri se juegan su supervivencia, pero el gobierno nacional también arriesga. Por decisión de la hermana del presidente, que expulsó a Ramiro Marra, Manuel Adorni compite con la misión principal de ganarle a Lospennato y desatar un efecto puerta 12 en el macrismo porteño. Mientras el riesgo país no baja ni con el blindaje del FMI y la plata no alcanza, Karina Milei apuesta a la máxima pureza para extremar posiciones y quedarse con el monopolio de la derecha. El manual, que desoye la postura de Santiago Caputo, viene de fracasar en Santa Fe, donde KM vetó el acuerdo con Amalia Granata y Nicolas Mayoraz quedó tercero detrás de Maximiliano Pullaro y Juan Monteverde. El experimento puede llevar a que, como vaticinó Macri al lado de Lospennato, las elecciones porteñas las gane Leandro Santoro”[vi].
Escenario de bronca y apatía electoral
La intervención estatal de Milei para frenar el precio de los salarios, como le gusta decir a los economistas de la derecha, parece ser uno de los factores que divorcia aún más a las mayorías con los procesos electorales.
Volviendo a la columna de Liotti, destaca que de cara a las elecciones en CABA hay preocupación por la participación que se pueda dar. Destacó que: “Hay algunos indicios dispersos de que para un sector de la sociedad Milei solo ya no alcanza para revitalizar la esperanza y el interés en las prestaciones del sistema democrático. Para los militantes fieles es el mesías infalible, pero para la mayoría de sus votantes menos ideologizados tiene un sentido instrumental destinado a estabilizar la economía, bajar la inflación y mejorar el poder adquisitivo. Rige una lógica meramente transaccional, que está bajo observación constante”[vii].
Esta hipótesis, por ejemplo, se afirmó en una de las elecciones que transcurrieron el pasado domingo. Los comicios salteños solo tuvieron un 58% de participación. Demostrando un gran síntoma de bronca con este régimen político, también se destacó el voto en blanco como manifestación del mismo fenómeno, al quedar tercero. Sin embargo, la izquierda tuvo un buen desempeño que, sin dudas, como lo remarca en otro artículo de este mismo sitio, pudo haber tenido más musculatura si no hubiese sido por el divisionismo del PO y el PTS: “La división del Frente de Izquierda Unidad, tras caprichos personalistas y sectarios del PO junto al PTS, dejó a la izquierda sin bancas para representar las luchas de los trabajadores, pese a que de conjunto hubo más de un 10% de votos a listas de izquierda. Los resultados demuestran que la unidad del FIT-U habría conseguido un diputado provincial, con la muy buena elección de un 3.2% que logró el MST con Andrea Villegas y un 4.7% de votos para Pablo López como FIT(PO-PTS), quienes sumados llegaban a un total de 7.9%. Algo similar hubiera sucedido en concejales y constituyentes. Estos resultados confirman que el divisionismo y el intento de no reconocer el peso del MST, nuevamente confirmado en esta elección, debilitan las reales posibilidades de la izquierda”[viii]. Corregir esta visión, que poco ayuda a colocar a la izquierda como un polo de referencia en medio de una crisis mayúscula del sistema político tradicional de las fuerzas del régimen, será necesario. No sólo para la suerte electoral del FITU, que no viene despegando, y se encuentra estancado, sino para su transformación como herramienta organizadora de los trabajadores y mayorías populares en una lucha contra el ajuste libertario.
[i] Odio. Jorge Fontevecchia – Perfil (10-5-2025)
[ii] Ídem
[iii] La ultraderecha vs. el periodismo: El enojo de Milei con quienes informamos. Sergio García – PDI (12-5-2025)
[iv] La confianza que está destruyendo Milei. Eduardo Van Der Kooy – Clarín (11-5-2025)
[v] ¿Y si con el Milei outsider no alcanza?. Jorge Liotti – La Nación (11-5-2025)
[vi] Los Milei fracturan a la derecha y el peronismo queda obligado a la unidad. Diego Genoud – El Destape (11-5-2025)
[vii] ¿Y si con el Milei outsider no alcanza?. Jorge Liotti – La Nación (11-5-2025)
[viii] Salta. Ganó la bronca, voto castigo a Sáenz y constituyente del MST en Orán. PDI (12-5-2025)