La semejanza entre las desapariciones de Lian y Loan no es casualidad, tampoco es una fotocopia del destino ni una desgracia personal que se repite sin razón. Forma parte de un vacío social, de áreas libres de contención estatal que permite que chicos de menos de 10 años desaparezcan y no se sepa más nada de ellos. Un nivel de oscuridad al que la sociedad y el periodismo no logran acceder y quedan desorientados ante pistas falsas, testimonios vacuos y presunciones fallidas. Lo mismo la Justicia, lo que es aún más grave.
A ocho meses de la desaparición de Loan Danilo Peña en Corrientes y a más de nueve años del caso Maxi Sosa quien desapareció a sus tres años en la ciudad de Ceres, en el noroeste de Santa Fe y nunca más fue encontrado, el caso Lian parece repetir un patrón, que si bien la Policía provincial reconoce, parece nunca anticipar.
“Activar el protocolo Alerta Sofía es una de las primeras acciones que hay que realizar ante la denuncia por desaparición de un niño” comenta un miembro de Missing Children a NOTICIAS en medio de la angustia que viven por el caso Lian. “El problema es que hay que esperar 24 horas luego de un detallado análisis y en chicos menores debería dispararse al instante. En contextos geográficos hostiles y comunidades tan vulnerables, un día de espera es una eternidad y es donde se pierde definitivamente el rastro y se comienzan a enturbiar las pistas”.
Día uno
Lian Gael Flores Soraide, de tres años, desapareció el pasado 22 de febrero en la localidad de Bellesteros Sud, Córdoba, cuando jugaba a la hora de la siesta en las cercanías de un cortadero de ladrillos y desde ese momento, las mismas especulaciones que en los casos mencionados comenzaron a surgir entre su entorno, la policía provincial, la Justicia, los abogados y los medios. Mientras la fiscalía federal investiga las hipótesis de que Lian haya sido víctima de trata, los fiscales provinciales trabajan en la búsqueda del niño bajo la teoría que se desorientó y se haya perdido, se cayó en un lugar de difícil acceso o fue atropellado y enterrado en las cercanías del aserradero.
A las pocas horas de su desaparición, el testimonio de un vecino llamado Marcelino resultó clave para la investigación, tanto para dilucidar lo sucedido o para alejarse de los hechos reales. El mismo contó que ese 22 de febrero, alrededor de las 14 horas, vio una “chata blanca”, de la que no pudo describir modelo ni patente, ingresar y salir de la zona en menos de cinco minutos, cuestión que le llamó mucho la atención. “Siempre ingresan clientes. Hay varios que vienen a preguntar precios de ladrillos pero en menos de cinco minutos es raro”. Su versión además de coincidir con la de otro testigo, generó que la Justicia dispusiera la excavación en el patio del propio Marcelino bajo la excusa “estamos agotando todos los recursos”.
Figura repetida
Esto recuerda al caso Loan donde los apuntados por los investigadores se acusaban unos con otros, Macelino relató la aparición de una curandera el mismo 22 de febrero que llegó de Jujuy y pasadas las 24 horas se volvió a sus pagos. Según el expediente que va sumando hojas a cada segundo, la mujer en cuestión de 74 años es una presunta curandera de nacionalidad boliviana que viaja con frecuencia para atender a una comunidad boliviana que suele regalarle ropa, calzados, juguetes para distribuir a los chicos carenciados de la localidad de Perico, en la provincia de Jujuy. Localizada, investigada e interrogada por la Justicia local, aunque no quedó detenida, su persona quedó bajo la lupa y a disposición de la causa.
En las últimas horas y gracias a los rastrillajes que se realizaron con la tecnología más avanzada y numerosos equipos especializados, la “zona cero” quedó descartada. El operativo que contó con maquinarias pesadas de alta complejidad, georadares y perros rastreadores, removió cuatro montículos de aserrín que estaban cubiertos con grandes lonas blancas, y la inspección al detalle de seis hornos de ladrillos. Una vez finalizado, la fiscal María Virginia Miguel Carmona afirmó: “No hemos detectado la presencia de Lian, por lo que la hipótesis de su fallecimiento, al menos en las cercanías de su hogar, quedan descartadas”. Pese a ello, los abogados de la familia Darío Baggini y Florencia Guizio, solicitaron que el Gobierno nacional recurra a la NASA para utilizar un sistema que permite chequear terrenos con imágenes satelitales para detectar si en las inmediaciones de Bellesteros Sud y zonas aledañas, hubo movimientos de tierra, excavaciones clandestinas o alteraciones en caminos rurales, pozos de agua estancada o zonas de vegetación muy tupida. El mismo método se utilizó para descubrir fosas clandestinas en México y aunque sin éxito, el caso de la desaparición de Madeleine McCann en Portugal en 2007.
Las diferencias entre los casos de Loan y Lian marcaron un panorama concreto. Los errores capitales que embarraron la investigación del primero no se repitieron. Consultado por NOTICIAS, el periodista Christian Balbo comenta: “A diferencia del caso Loan, con Lian se está trabajando mucho mejor. Primero que hubo secreto de sumario desde el minuto cero al igual que el no acceso al expediente ni para la querella. Después a través de las declaraciones de los dos testigos principales se secuestraron 8 vehículos y 25 celulares que serán peritados y ya se tomaron más de 30 declaraciones testimoniales. Otro punto importante es que tomó intervención la PROTEX (Procuraduría de Trata y Explotación de Personas) y ahora la Justicia Federal”.
Según Missing Children, en Argentina hay denunciados más de 120 niños y adolescentes que faltan en sus casas o con paraderos desconocidos. La mayoría de ellos no toman estado público ni mediático pero sí curso policial y judicial. Lo llamativo es cómo los casos, llámense Loan o Lian, se repiten en contextos idénticos de ausencia de pistas concretas, testimonios y sospechosos que abarrotan la escena, operativos provinciales y nacionales ineficientes y un desconcierto que angustia a toda una sociedad que lentamente normaliza el horror.