La polémica se originó el jueves pasado, cuando la presidenta del Senado sostuvo en la red social X que «jamás habría autorizado a un gendarme a ir a Venezuela. Lo que está ocurriendo es la consecuencia tristemente obvia, pero como no soy del área de Seguridad no opino de las sanciones y acciones que se debieran tomar», señaló.
El gendarme argentino Nahuel Gallo está detenido hace más de 10 días en Venezuela, país al que ingresó estando de civil para visitar a su pareja y al hijo de ambos. Gallo sigue retenido en Venezuela a pesar de los reclamos políticos de Javier Milei (que trató el caso como un «secuestro ilegal») y de Patricia Bullrich (que calificó el episodio como «casi un acto de guerra»), y de las acciones diplomáticas del canciller Gerardo Werthein.
Bullrich le respondió a Villarruel con un fuerte posteo donde la acusó de «cobardía» y «oportunismo político», y este domingo profundizó sus críticas durante una entrevista radial. «Lo más importante es el secuestro de este gendarme, y Villarruel sale con un tema totalmente fuera de lugar. La verdad, es una desubicación», afirmó.
«¿Qué voy a pensar yo? ¿Que el director de Personal de la Gendarmería lo hizo a propósito? No piensa políticamente, sino que lo piensa desde una perspectiva funcional, porque es un funcionario que no tiene por qué tener esa dimensión. Entonces, ¿cómo vas a sancionar a alguien?», cuestionó en diálogo con Radio Rivadavia.
La ministra explicó que existe «un mecanismo en la Gendarmería cuando viajan fuera del país» que incluye permisos, seguros de salud y «ciertos recaudos», y aclaró que en el caso de Gallo «todo había sido hecho». «El comentario fue mala leche contra mí, contra Gendarmería, contra lo que le pasa al país», aseguró.
«Vos no podés estar en la minucia cuando tenés un gendarme que te lo raptó el peor régimen criminal de América Latina. Entonces, que salga con una cosa así parecía algo muy mezquino en un momento en el que había que tener la grandeza de llamarme y decirme: ‘Patricia, ¿en qué puedo ayudar?’. No lo hizo», cuestionó.
Bullrich insistió en que, «en vez de un ataque artero, uno hubiera esperado una cercanía. Si no me llamaba a mí, lo hubiera llamado al jefe de la Gendarmería para decirle: ‘Acá estoy, ¿qué puedo hacer?’. Eso creo que es lo que uno tiene que hacer cuando su país está en crisis», concluyó.