El analista político Jorge Asís aseguró en una nueva transmisión del programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), que “si las elecciones fueran los años pares, la numerología dice que a la Argentina le iría mejor”. A la par, el también exsecretario de Cultura de la Nación en el gobierno de Carlos Menem se refirió a cómo los ciclos históricos y las fechas electorales pueden influir en los resultados políticos, y sugirió que esta organización podría generar un contexto más favorable para los gobernantes y para la estabilidad del país.
Escritor, periodista y analista político, Jorge Asís fue secretario de Cultura de la Nación en el gobierno de Carlos Menem. Su obra incluye más de 30 libros de ficción, poesía y política, entre los que se destacan «Flores robadas de los jardines de Quilmes» y «Los Reventados», que impactaron en la historia de las letras argentinas. Actualmente, es consultado permanentemente sobre la actualidad política y escribe en su portal Jorge Asís Digital, donde ayer publicó la columna «Mileísmo contra peronismo del año impar» que analiza los movimientos del oficialismo para polarizar con el peronismo.
Comienzo preguntándote por el triunfo de un candidato centrista en Bolivia, alguien que iba tercero y que nadie planteaba que tuviera posibilidades. Supuestamente, con muchas posibilidades de ganar el balotaje, Rodrigo Paz, de alguna manera, confirma tu tesis: que la nueva transgresión va a ser la moderación, algo más parecido al centro. ¿Interpretás esto como un antecedente de lo que podría suceder también en Argentina en 2027?
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El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
A mí no me sorprende porque, en realidad, como son varios procesos bastante previsibles en materia de fracasos, son los fracasos los que generan de pronto la tentación de ir por el camino adversario. La tesis mía que a vos te interesa tanto es que tanta transgresión, tanta irritabilidad, tanto insulto que tiene que ver con la metodología de construcción política de Milei, termina, a mi criterio, con la transgresión máxima: la previsibilidad. Una especie de creación de un sujeto atildado, respetuoso, pero más o menos con una interpretación similar a la que se registró en el gobierno de Fernando de la Rúa.
Después de tanto lío, de tanta algarada de izquierda, que también terminó mal desde el punto de vista económico, en Bolivia parece previsible que se vaya hacia un camino de centroderecha. Y hay centroderechistas muy respetables en Bolivia, tanto este muchacho que fue presidente durante dos años, como el que salió segundo.
Si lo trasladamos a Argentina, sumándome a tu tesis y tratando de ampliarla, uno podría decir que son ciclos de la historia que se vienen repitiendo: no solamente después de Menem y De la Rúa, sino también después de Macri, que fue un presidente disruptor. Nada imaginaba un presidente empresario, un dirigente de un club de fútbol que llegara a presidente. Luego vino un hombre gris que decía: “Soy un hombre normal”, que era Alberto Fernández. Si nos vamos más atrás en la historia, Illía después de Frondizi, Alvear después de Yrigoyen; parece repetirse una cantidad de ciclos en los cuales, después de comerse un gran budín, viene la resaca y el deseo de comportarse seriamente. Ahora, la pregunta es: ¿cuándo? ¿Pasará en 2027 o en 2031?
Para entender el cuándo, me parece que hay que tener una afilada interpretación del presente. Vamos a una elección que solo le interesa a los políticos y no tanto a sectores de la sociedad, que por supuesto le ponen la espalda a la realidad electoral. En el artículo cito que queda un 80% directamente aferrado a la polarización del 50% que va a votar el 7 de septiembre, y también en octubre está la polarización del mileísmo con PRO abducido y el peronismo del año impar.
¿Por qué hablo de peronismo del año impar? Porque los años pares están para pelearse y los años impares para la unificación. Queda un 20% liberado para las travesuras: un 3% será para el esclarecimiento de la izquierda, que también va dividida, y hay un 15% del 50% que va a asistir a votar, que se debe dividir entre todos los que quieren mojar la media luna del centro, y también con las travesuras posibles de algunos audaces que se lanzan, dependiendo de quién invierta el mercado hoy en política con los valores que se registran.
El año impar es porque hay elecciones, entonces cada vez que hay elecciones se tienen que unificar como en los años impares. ¿Por qué sería conveniente que se votara en años pares?
Porque Argentina es un país par. Argentina es de 1816 y le va a ir mucho mejor, no solo por la numerología; si las elecciones se realizan cada cuatro años y en años pares, es un aporte que tiene que ver con mis juegos más místicos.
¿Cómo ves a Milei? Si hay que analizar bien el presente, ¿podrá, como Menem, repetir y ser reelecto, o creés que con el aceleracionismo de la vida por las redes sociales y la intensidad de Milei?
Hay que reconocer la habilidad de Milei: la habilidad de haber instalado que a él no le interesa la política, sino la macroeconomía, y que no está en los temas menores de la candidatura. Para el tema de las candidaturas está Karina, y Karina se arregla con el que verdaderamente conduce el karinismo, Eduardo «Lule» Menem, que conoce el territorio.
Él impone a Espert como candidato en primer lugar en la provincia de Buenos Aires, a Alejandro Fargosi como candidato en la Capital, y también para el Senado, Agustín Monteverde. Son todos tipos que Milei conoció cuando era panelista de Intratables, y él impone los candidatos que verdaderamente le interesan. Todos creen que estamos ante un lúcido político, cuando en realidad conoce mucho la política y conoce muy bien el peronismo. Por eso no estamos ante un muchacho que se vuelve loco para sorprender; completó un vacío en un momento en que el peronismo no tenía nada para decir, gobernado por Alberto Fernández, y cuando el macrismo tenía que disculparse.
Aquel momento, puso todos los datos sobre la mesa: la dolarización, la extinción del Banco Central, y no podías ir a ningún programa sin hablar de la dolarización y todo ese delirio que planteaba. En Argentina, quien impone las temáticas de debate es quien gana las elecciones. Él cree que su gobierno es el mejor de la historia, y que su ajuste popular es el máximo ajuste de la historia de la humanidad, que sacó de la pobreza a 10 millones de personas y de la indigencia a 5 millones: todas patanerías que supo instalar y que se convirtieron en un fenómeno político.
Ahora, tanta transgresión en un fenómeno político que no saluda a su vicepresidente, que debe gobernar como primer presidente en 42 años de democracia, que tiene la provincia de Buenos Aires absolutamente en contra y le da la espalda, y que dice lo que dice de los periodistas, y aun así se mantiene, manteniendo esta condición de fenómeno que le da por lo menos un 45% de popularidad, y ya casi tomamos como natural los arrebatos perversos de este muchacho.
Carlos Mardones: La oposición empieza a perderle el miedo a Javier Milei. Parece que eso ha quedado claro en el Congreso, pero en la línea corta de tiempo nos encontramos con otra novedad: Patricia Bullrich, no solamente parece que tiene boleto para volver al Senado, sino que algo pasó ahí, porque algunos dicen que fue ella la que finalmente habló con Karina Milei y terminó de frenar parte de lo que era imponerse por completo al PRO y no dejarles ningún margen. Parece que no les dejaron ningún margen, pero ¿qué ve? ¿Dejará el Ministerio de Seguridad, se pondrá al frente de la campaña en la ciudad de Buenos Aires, y después del 10 de diciembre la tendrá delante a Victoria Villarruel?
No creo sinceramente que Bullrich, que es una excelente candidata, que mide muy bien y seguramente va a tener una muy buena elección en la capital, esté completamente satisfecha con todo. Pero bueno, le ponen a Agustín Monteverde con ella. Creo que es mileísta desde antes de que a Milei se le hubiera ocurrido hacer política, porque es un hombre de derecha absolutamente respetable. Me parece que estar ahí no hace que ella se sienta tan local, tan grandiosa. También va a querer poner una personalidad que le responda, que la represente en el Ministerio de Seguridad.
CM: Esa es la otra gran pregunta: ¿la dejarán?
Sinceramente, no creo que en la construcción política de Milei haya espacio para alguien que acumule tanto poder. Milei conoce muy bien la metodología peronista. Sin embargo, el tema del triángulo, tan famoso triángulo, hizo que tuvieran que incorporar otro vértice, porque con el triángulo de hierro iban directamente al aislamiento político. Es donde tienen que recurrir a otro vértice sin hacer un triángulo, que es un triángulo de cuatro con Guillermo Francos, el diplomático que sale a apaciguar la barbarie oral del presidente de la República, las transgresiones.
Este es más o menos el esquema, y me parece que Patricia Bullrich, a quien todos creen que hizo un excelente ministerio, se le debe reconocer que en Buenos Aires se puede circular mejor desde que está Milei. Me parece que eso lo manejó bastante bien la ministra. Ahora, no tengo ninguna duda de que puede ser la próxima jefa de gobierno del maxiquiosco.
Todos creen que en 2027, si puede ser candidata a presidente, lo será. Depende de cómo le vaya a Milei en los próximos dos años. Sinceramente, no creo que haya grandes inversiones, no creo que el tema con el Fondo Monetario Internacional esté bien, no creo que hayan sacado a 10 millones de personas de la pobreza.
O sea, ¿vos creés finalmente que el futuro electoral y la relación con el público en general de Milei será tan victoriosa, para decirlo de alguna manera, incluso con cierta fatiga de los materiales?
Según mi evaluación, te diría que no. Lo que pasa es que hay una gran insolvencia política en quienes deberían estar encargados de presentar alguna alternativa. Me parece que la metodología de Milei es absolutamente eficaz, sostenida por la opinión pública, por la esperanza de muchos que lo apoyan y están en horrible situación, pero que tienen la perspectiva de que con Milei puede cambiar este panorama y la falta de liderazgo real enfrente.
Hoy, los polos principales son Milei y Kicillof, que no participan directamente, pero que juegan profundamente en esta polarización que se da en la primera vuelta el 7 de septiembre y la segunda el 26 de octubre, en elecciones que solamente son fascinantes, importantes y trascendentes para los políticos, los que viven desde y de la política.