Acorde al último Informe del BCRA, en el mes de mayo los préstamos en pesos al sector privado tuvieron un crecimiento de $3,7 billones. En términos del PIB, el crédito alcanzó el 8,6%, con un incremento de 4,3 puntos porcentuales frente al mínimo registrado a inicios de 2024.
En este contexto, el mercado del crédito continúa enfrentándose a la oportunidad de innovar para mantener su competitividad. La adopción estratégica de tecnología por parte de sus actores es un factor clave para optimizar la operatividad y maximizar la eficiencia del análisis de solvencia.
Qué es la tecnología no-code
La tecnología no-code emerge para facilitar la creación de productos en pocas semanas o incluso días, validar ideas de forma rápida y ajustarlas según demandas específicas.
De esta forma se reduce la carga de desarrollo en las áreas de IT por la facilidad en la escritura de funciones lógicas sin la necesidad de saber programar, lo que permite optimizar tiempos de implementación con una menor inversión. Incluso favorece a la flexibilidad y escalabilidad al habitar el crecimiento de la demanda de manera continua y sin fricciones.
Qué diferencia hay con la tecnología low-code
Como una evolución del antecesor low-code -que se basa en el uso de interfaces amigables y componentes pre incorporados para construir aplicaciones minimizando los requerimientos de codificación manual- la tecnología no-code logró desplazar barreras técnicas que antes limitaban la innovación en el otorgamiento de préstamos y abrió la puerta a un futuro más ágil, accesible e inclusivo en el sector financiero.
Esta herramienta permite que los equipos de riesgos o crédito puedan implementar sus políticas de riesgos con mayor facilidad, rapidez, precisión y menores costos operativos. Lo que se traduce en una aceleración de nuevos productos financieros que respondan a necesidades del mercado.
Qué opinan los expertos de no-code
“Cuando a nuestros clientes les surgió la posibilidad de mejorar el proceso de originación del crédito, pensamos en un servicio que les permitiera dar un salto. El motor de decisiones representa un ahorro en tiempo y un salto en las ventas, porque no hay que ser programador para modificar cualquier política”, afirmó Mariano Sokal, director de SIISA, empresa de tecnología para el crédito y buró.
El uso intuitivo de esta tecnología de automatización, además de no requerir conocimientos en programación para su implementación y gestión, acelera la curva de aprendizaje de los equipos internos (áreas de Riesgos, Crédito o Innovación). Al mismo tiempo, agiliza la integración con múltiples fuentes de datos, otros sistemas, e incluso con modelos de IA.
“La posibilidad de aplicar cambios más plug and play de nuestras políticas de riesgos casi cinco veces más rápido que antes, nos ha permitido acelerar nuestra colocación de tarjetas en casi 3 veces, manteniendo el riesgo tomado. Al final del día, la implementación del motor de decisiones de SIISA ha sido clave para que más argentinos puedan beneficiarse de estos servicios financieros, antes fuera de su alcance”, afirma Martín Hadad, Product Risk de Naranja X.
En definitiva, el no-code es una revolución tecnológica que acelera la innovación en el sector crediticio. A medida que más compañías lo adopten es posible la dinamización del ecosistema hacia un modelo más inclusivo y competitivo.
En un mundo donde la velocidad y la adaptabilidad son esenciales, esta tecnología se perfila como una clave para transformar a los actores del mercado en jugadores más ágiles, eficientes y centrados en el cliente.