Surgió un nuevo warrant, electrónico y con la posibilidad de autogenerarlo, con garantías. Lo presentan como el e-cheq del campo y el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, lo ponderó como un instrumento de crédito renovado, gracias a la nuevas normativas derivadas de la Ley Bases.
Complementario a otros instrumentos de crédito u obligaciones, como el pagaré o el cheque de pago diferido, tiene un origen jurídico distinto, porque además tiene un certificado de depósito y tiene ejecución extrajudicial.
«El sistema regulado de warrants había sido un fracaso: en el país del agro no eran de uso masivo, lo cual era un sinsentido», posteó el funcionario en X.
Y agregó: «Por eso, en el DNU 70/23 armamos este marco de dos segmentos y además ampliamos la posibilidad de warrants al conjunto de la economía (petroleras, mineras, empresas vitivinícolas, todas tomar nota). ¡Vaya a saber porque estaba restringido solo al agro!».
El warrant surgió como instrumento de garantía o seguro en el siglo XIV (del término francés garrantir) y está vigente en la Argentina desde 1914, hace más de un siglo, bajo el marco de la ley 9.643, que se actualizó en el gobierno de Javier Milei con el DNU 70/2023 y su decreto reglamentario 640/2024.
Más allá del marco político, Sturzenegger elogió la «vuelta de tuerca» que le dió una empresa con trayectoria en warrants tradicionales que inventó el «autowarrant» una plataforma digital para que un productor pueda registrar sus tenencias físicas (un silo bolsa, por ejemplo) y convertirlas en una garantía financiera. El productor pasa a ser su emisor. ¿A nadie se le había ocurrido hacer una auto-garantía? Acá es donde vemos el valor de libertad por encima del de la regulación», destacó.
El e-warrant es un título digital, trazable y legalmente válido, que acredita la existencia de un producto en depósito y que puede ser utilizado como garantía ante bancos, compradores, mercados de oferta pública, o incluso en operaciones entre privados.
Con todo, el atractivo principal es su costo operativo muy bajo: entre 8 y 10 veces menor que un warrant tradicional, lo que lo vuelve accesible para productores de cualquier escala.
Según Tomas Llambí Campbell, presidente de AG Warrants, “actualmente los productores enfrentan obstáculos para vender su mercadería cuando los cupos están limitados o el transporte se ve afectado por condiciones climáticas. Además, acceder a financiación bancaria puede requerir trámites burocráticos y garantías difíciles de cumplir”. “El eWarrant responde a esta necesidad, permitiendo que el mismo productor —o acopio o exportador— emita su propia garantía digital, desde su casa o su oficina, de forma segura, transparente y legal garantizándole ser más eficiente en sus estrategias evitándole tomar decisiones por necesidad”, destacó.
En tanto, Ignacio Laplacette, vicepresidente de AGW, explicó que “aunque el e-warrant es útil para toda la cadena agroindustrial, el foco inicial está puesto en el productor, quien podrá financiarse sin mover el grano, vender sin depender del cupo ni transporte y usar su stock como garantía real”.