Los hongos son parte de nuestras vidas. Están presentes en algunos quesos que comemos, en los medicamentos que utilizamos e incluso en nuestra piel. Junto con las bacterias, los virus, los ácaros y los protozoos, los hongos se encuentran entre los microorganismos que inhalamos a diario. Sin embargo, la exposición crónica a ciertos tipos, como los que forman moho, puede tener efectos negativos para la salud.
Según un artículo publicado en el portal IFLScience, el moho es una estructura que pueden desarrollar algunos hongos. Generalmente tiene un aspecto oscuro y velloso y un olor fuerte, creciendo en ambientes con alta humedad. Para reproducirse, el moho libera esporas microscópicas que quedan suspendidas en el aire. Cuando entran en contacto con nuestro cuerpo, estas esporas pueden causar congestión nasal, sibilancia y picazón en los ojos.
Normalmente, cuando estamos sanos, nuestro sistema inmunológico es capaz de evitar que la exposición al moho produzca algún efecto desagradable. Sin embargo, para las personas con asma, problemas respiratorios, sistemas inmunes debilitados o alergias específicas, la exposición constante al hongo puede ser peligrosa. Por lo tanto, es importante controlar el exceso de humedad e identificar el tipo de moho presente.
A continuación te contamos lo que los diferentes colores del moho revelan sobre sus riesgos:
El moho negro es una presencia común en hogares con problemas de humedad, pero diferentes especies pueden presentar esta coloración, variando en toxicidad. Uno de los más indeseables es el Stachybotrys, que tiene preferencia por materiales con alto contenido de celulosa. Esto hace que los tableros de fibra, los paneles de yeso y el papel sean lugares ideales para su crecimiento, siempre que haya humedad constante.
Si ha aparecido moho negro en su ducha, es probable que se trate de Aureobasidium. En altas concentraciones, puede causar hipersensibilidad, alergias y síntomas respiratorios. Una solución de cloro diluido puede ayudar a eliminarlo, pero la mancha puede persistir incluso después de eliminar el hongo.
Si alguna vez limpiaste moho y se dispersó como una nube de “polvo”, es probable que se trate de Penicillium. Aunque este hongo juega un papel importante como antibiótico en infecciones específicas, no es del todo bienvenido cuando se apodera del árbol frutal. Este “truco del humo” es una estrategia de dispersión, por lo que evitar moverlo puede impedir que se propague al resto de la fruta.
El penicillium puede ser inofensivo, como el penicillium roqueforti, utilizado en la producción de quesos azules. Sin embargo, es difícil identificar la especie simplemente mirando el moho azul.
Otro tipo común de moho azul es el aspergillus, un hongo asociado con la aspergilosis, una enfermedad respiratoria. Ambos géneros, penicillium y aspergillus, tienen especies que producen micotoxinas dañinas, lo que hace del moho azul un visitante que debe eliminarse rápidamente.
Si el moho de tu casa es verde, hay tres principales sospechosos: el penicillium y el aspergillus, que ya mencionamos, así como el cladosporium , que tiene una coloración oliva. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), estos tres tipos forman los mohos interiores más comunes.
Las especies de Cladosporium se encuentran ampliamente distribuidas en todo el mundo y, en interiores, suelen alojarse en muebles tapizados, madera e incluso canillas. Los síntomas de exposición varían, pero comúnmente incluyen congestión nasal, secreción nasal, estornudos, tos, sibilancia, picazón y ojos llorosos, picazón en la garganta y piel seca.
Además de su presencia natural, el cladosporium ha aparecido en lugares sorprendentes. Se ha identificado dentro de viejos Twinkies (un famoso pastelito estadounidense que muchos creían indestructible) e incluso se puede encontrar en el reactor nuclear de Chernóbil. Curiosamente, los científicos creen que podría utilizarse para proporcionar protección radiológica en el espacio.
El hecho es que, independientemente del color del moho que encuentres en tu casa, su género y especie no importan. Si podés verlo u olerlo, debes deshacerte de eso. Según el sitio oficial de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), para eliminar el moho es fundamental eliminar la humedad que favorece su crecimiento y limpiar profundamente las áreas afectadas.
A continuación se presenta una guía paso a paso que puede ayudarte:
1. Identificar la fuente de humedad
2. Protegete
3. Limpieza de las zonas afectadas
Para superficies lavables:
Para alternativas más suaves:
4. Superficies no lavables (paredes y yeso)
5. Tejidos y prendas de vestir
6. Prevención
O Globo/GDA
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