POLÍTICA
Más de 13 millones de ecuatorianos votaron en unas elecciones marcadas por la polarización
Este domingo 13 de abril, Ecuador se celebra la segunda vuelta electoral entre Daniel Noboa, actual presidente y candidato de Acción Democrática Nacional, y Luisa González, representante de la Revolución Ciudadana. La jornada movilizó a más de 13 millones de ciudadanos, quienes acudieron a las urnas con altas expectativas sobre el futuro político del país.
La analista política y catedrática Caroline Ávila explicó que el margen de diferencia entre ambos candidatos podría influir en la rapidez con la que se conozcan los resultados. “Si existen dos o tres puntos de diferencia, es posible conocer los resultados el domingo”, señaló durante una entrevista con NTN24.
Ávila advirtió que, de no haber una ventaja clara, los resultados podrían prolongarse hasta el martes. A su criterio, este escenario demandaría una actitud de respeto institucional por parte de todos los actores. “Es importante que exista madurez democrática en los políticos, medios y ciudadanía”, agregó.
La contienda ha sido marcada por una fuerte polarización. Mientras González representa un retorno al modelo del correísmo, con políticas que ya mostraron ineficiencias y escándalos en el pasado, Noboa encarna una propuesta de renovación pragmática, enfocada en seguridad y estabilidad.
| La Derecha Diario
Luisa González ha prometido retomar políticas del expresidente Rafael Correa, cuyo gobierno enfrentó críticas por autoritarismo, persecución judicial y manejo opaco de los recursos públicos. Aunque conserva un apoyo importante, sobre todo en sectores rurales, su propuesta ha generado preocupación en analistas y sectores empresariales.
En contraste, Daniel Noboa ha apostado por una visión moderna y tecnocrática, reforzando las relaciones internacionales, como con Estados Unidos, y manteniendo una postura firme frente al crimen organizado. Esta estrategia le ha permitido ganar terreno entre los votantes jóvenes y urbanos.
La atención nacional e internacional ahora se centra en el escrutinio. La transparencia del proceso y la aceptación de los resultados serán fundamentales para la gobernabilidad del país en los próximos años. La tensión se siente, pero también la esperanza de una decisión que marque un nuevo rumbo.
Entre un retorno a las prácticas del pasado o la continuidad de un modelo que busca estabilizar el presente, los ecuatorianos enfrentaron un dilema crucial. El resultado, aún por definirse, marcará el destino del país en los próximos cuatro años.
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