El lado oscuro del comisario del caso Loan: fotos a menores y una obsesión con el libro de guardia

Pasaron diez meses, 304 días, 7.296 horas y nada se sabe de lo que pasó con Loan Danilo Peña. Los siete principales sospechosos fueron procesados esta semana, pero las pruebas reunidas hasta el momento solo hablan de la planificación y la ejecución de un supuesto plan criminal. Nada dice ni da pistas del destino del niño de 5 años que el 13 de junio de 2024 de-sapareció en Corrientes, después de un almuerzo familiar en la casa de la abuela Catalina.

“A la fecha se desconoce el paradero del menor luego de tal suceso”, aseguran los jueces de la Cámara Federal de Corrientes al ratificar la imputación contra seis de los acusados (Bernardino Benítez, Daniel “Fierrito” Ramírez, Mónica Millapi, Laudelina Peña, Carlos Pérez y María Victoria Caillava) y agravar la acusación contra el único policía detenido: el excomisario Walter Maciel.

El exjefe de la comisaría de 9 de Julio pasó de ser encubridor a coautor del delito de sustracción de un menor de diez años. La causa no sólo revela su lado oscuro sino que plantea que sabía de antemano que un niño iba a desaparecer en su jurisdicción.

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Según plantea la Justicia “el acuerdo previo consistía en sustraer ‘a un menor’, y no específicamente al niño Loan”. Para los jueces, Maciel “colaboró con el resto de los imputados antes de que se iniciara la ejecución del delito”. “Existió una comunidad de actuación entre los imputados en la comisión del delito de sustracción de un menor, lo que justifica su consideración como coautores, y, en el caso de Maciel, su responsabilidad en carácter de cómplice primario, atendiendo a la calidad y el momento de su aporte”, entendieron los jueces Selva Angélica Spessot, Ramón Luis González y Mirta Gladis Sotelo.

Un dato aterrador señala un extraño interés del exjefe policial por los menores. En el expediente se indica que el comisario Maciel, desde su asunción, visitaba escuelas primarias del pueblo “a fin de sacar fotografías con menores de edad”.

“La maestra de mi hija me dijo que todos los días había un policía dentro de la escuela y que, con la autorización de la directora, les sacaba fotos a los nenes. (…) Esta situación tiene que ver, porque a los pocos días de asumir Maciel como comisario, al único lugar que se encargó de ir fue a la primaria a dar una charla. A mí me molestó, porque son niños y la directora lo aprobó. Algunas maestras se quejaron, pero la charla se hizo igual. Siempre se ve a los policías en la escuela, pero nadie sabía qué hacian ahí adentro. Yo vi que siempre había uno o dos policías dentro. Por eso, cuando fui a preguntar a la maestra de mi hija por esta situación, ella me dijo que todos los días había policías sacándole fotos a los nenes y que se había ido a quejar con la directora, quien le respondió que eso era porque le quería hacer la contra, que no tenía nada malo”, cuenta una de las testigos.

En esa misma línea otro testimonio remarca “su preocupación por la actitud de la directora del colegio primario por haber permitido que el comisario Maciel y otros policías sacaran fotos en la institución”.

El día de la desaparición de Loan, Maciel mostró una sorpresiva obsesión con el libro de guardia. Uno de sus subalternos dio cuenta de ello. “Yo tenía en mi celular la hora que me llamó Duarte (N. de R.: el policía que avisó sobre la desaparición de Loan) que era a las 15:38. Pero el comisario me dijo que coloque que fue a las 16:15. Le dije que yo tenía el horario que me llamaron y me dijo ‘vos hacés lo que te digo’. No sé lo que quería hacer. Después, realmente salimos al campo 16:50, pero dijo que ponga 16:16”, relató Orlando Cáceres, el jefe de guardia.

Y amplió: “De esto sabían unos cuantos compañeros, el sargento Robledo, el sargento Saucedo, Chamorro, cabo primero Segovia y Duarte. Me sentí presionado mal, porque no es de mí, yo sabía que estaba haciendo mal. Ese fue el único cambio que me hizo hacer. (…) Yo no me explicaba por qué. Yo ahora pienso que estaba con la gente que hizo el tema, porque me hizo cambiar el horario. Para mí que quiso tapar el momento en que me hacen la llamada y él nos dice que sigamos con la procesión en vez de ir a buscar, si nos hubiese dicho que vayamos a buscar, dejábamos las motos y nos íbamos en el móvil. En las novedades se le pasó con el horario que era, yo le pasé bien a Torres las novedades y se hubiese ido a pasar”.

Los roles. De acuerdo al dictamen de la Cámara Federal de Corrientes, “el 13 de junio cada uno de los imputados ejecutó la parte del plan que le había sido asignada. En horas de la mañana, Maciel –sabiendo que iniciaría su franco al mediodía– retuvo el libro de guardia de la comisaría de 9 de Julio, a fin de evitar que se dejara constancia del horario exacto en que se produjo la desaparición y, con ello, obstaculizar la reacción inmediata de las fuerzas policiales”.

“Durante el almuerzo, Bernardino Benítez y Daniel ‘Fierrito’ Ramírez debían proponer espontáneamente dirigirse al naranjal junto con los menores. Una vez allí, procederían a capturar a uno de ellos y entregarlo, en un camino lindero, a Carlos Pérez y María Victoria Caillava, quienes serían los encargados de retirarlo del lugar”.

“Por su parte, Mónica Millapi, con la colaboración de Laudelina Peña, debía acompañar a los niños hasta el naranjal, donde ya se encontrarían Bernardino Antonio Benítez y Daniel Oscar Ramírez. Laudelina Peña, a su vez, tenía la misión de iniciar el trayecto junto a Mónica Millapi y los menores, pero luego regresar a la casa de su madre, Catalina Peña, donde recibiría la noticia de la presunta “de-saparición” y actuaría como nexo entre los captores y quienes debían retirar al niño: Carlos Guido Pérez y María Victoria Caillava”.

“Recibido el aviso por parte de Bernardino Benítez, Laudelina Peña debía comunicar la situación a Pérez y Caillava, quienes abandonarían la reunión familiar con la excusa de regresar a su domicilio para ver el partido ‘River vs. Deportivo Riestra’, trasladándose en su camioneta Ford Ranger hasta el punto de encuentro preestablecido con Bernardino Antonio Benítez y Daniel Oscar Ramírez –en las inmediaciones de la escuela abandonada, conocida como “la tapera”–para concretar la entrega del menor”.

El fallo descarta la hipótesis de una desaparición accidental o vinculada a redes de trata. La Cámara entiende que “el hecho fue premeditado y ejecutado con un reparto claro de tareas”. Lo que no dice –ni desliza– es qué pasó con el nene de 5 años, qué le hicieron y por qué. No da indicios de que podría estar con vida, pero tampoco si fue asesinado. Ya pasaron diez meses y la respuesta no llega.

¿Dónde está Loan?

El minuto a minuto de la desaparición en el naranjal

L.N.

◆ La desaparición de Loan Peña ocurrió el 13 de junio de 2024 entre las 14:09 y 14:20.

◆ A las 14:24 Laudelina recibió un llamado de Benítez para avisar que Loan se había extraviado. No atendió. El segundo llamado se concretó a las 14:25 y tuvo una duración de 9 minutos, 10 segundos.

◆A las 14:33 Carlos Pérez y María Caillava se retiraron en su Ford Ranger rumbo a su domicilio a ver el partido de River vs. Deportivo Riestra. Llegaron aproximadamente a las 14:49.

◆Benítez se ausentó luego de la desaparición. Mantuvo registro de comunicaciones que impactaron en Mantilla a las 15:28, Gobernador Martínez a las 16:14 y Yatayti Calle a las 15:25, 16:02, 16:10, 17:45, 17:47 y 17:54. Regresó al lugar de búsqueda recién al anochecer y realizó cambios en su vestimenta en varias oportunidades.

◆ Fierrito Ramírez no volvió desde el naranjal hasta la noche de ese día. Durante esa tarde, tuvo cuatro comunicaciones con Benítez a las 15:27, 15:29, 16:35 y 18:05 y con otras personas que registraron impactos también en celdas de Chavarria, Mantilla y Yatayti Calle.

◆ Mónica Millapi, luego de la desaparición de Loan, se retiró del lugar con su hija, dos sobrinos y el hijo de Laudelina y Bernardino. Regresó al lugar a las 16:30. En la madrugada de esa noche recibió a las 03:30. un llamado telefónico de un policía, y conversaron alrededor de tres minutos.

◆ A las 15:29 Caillava seguía en su domicilio junto a su marido, puesto que su antena registraba allí su ubicación. A 15:35 llamó a Laudelina Peña y conversaron dos minutos. Todavía no habían avisado de la desaparición del menor.

◆ A las 15:37, Caillava se comunicó con Mariano Hernán Duarte, suboficial de la Comisaría de 9 de Julio, quien se encontraba franco de servicio. A las 15:43 recibió un llamado del subayudante Torres, oficial de servicio de la misma comisaría.

◆ A las 16:00 Torres se contactó con su jefe Walter Maciel. Fue a su domicilio y lo puso en conocimiento de la pérdida de Loan. Maciel se encontraba descansando, le ordenó que vuelva, que acompañen a la procesión de San Antonio. La directiva se tuvo “que cumplir a rajatabla”.

◆ Caillava y Pérez salieron de su domicilio para regresar al lugar de la búsqueda. A las 16:11, fueron vistos en la ruta 123, dirigiéndose hacia la calle de ingreso al paraje. Previo a llegar, se detuvieron a 1.400 metros de una escuela abandonada (16:19 aproximadamente). Desde allí llamó a Laudelina Peña (16:21) quien, luego del llamado, se acercó a esa zona –de la escuela abandonada– a las 16:30.

◆ El matrimonio arribó a la casa de Catalina Peña a las 16:33, haciendo alusión a que buscaron durante aproximadamente dos horas en el sector del cementerio y un pozo.

◆ La policía llegó a la casa de Catalina Peña a las 17:10, aproximadamente y se inició la búsqueda por parte de las autoridades.

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