El Pacto de Talcahuano para complicar el arribo de Lijo a la Corte Suprema

La sorpresiva asunción de Manuel García Mansilla como juez de la Corte Suprema sacudió la interna del máximo tribunal, especialmente porque dejó en un limbo la llegada de Ariel Lijo a quien recién la semana que viene le aceptarán o no la licencia extraordinaria que pidió para su cargo de juez federal.

LPO accedió a los detalles secretos de la trama detrás de la asunción exprés de García Mansilla y la jugada de patear la decisión sobre Lijo, una discusión que está cruzada por la interna entre Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz por un lado y Ricardo Lorenzetti por el otro.

Rosatti le tomó juramento a García Mansilla en una jugada para aislar a Lorenzetti

Como contó este medio, la jura de García Mansilla fue una jugada de Rosatti para aislar a Lorenzetti. Fuentes de los tribunales sostienen que todo indica que el académico se acomodará al dúo que integran el presidente de la Corte y Rosenkrantz, lo que implica que se mantendrá la mayoría que habían conformado con Juan Carlos Maqueda.

En la Corte argumentan que no había objeciones sobre García Mansilla y mencionan que hubo un amparo del CEPIS que no tuvo resolución por parte del juez Martín Cormick, ligado a La Cámpora. En los tribunales dicen que es un tema muy vidrioso y que ningún juez se quiso poner en contra del máximo tribunal.

Más allá de la parte legal, García Mansilla también se movió rápido en términos políticos. A diferencia de Lijo, apenas salió el decreto de Milei el académico abrió diálogo con los tres cortesanos y se puso a disposición. Cuando el jueves por la mañana lo llamaron para jurar, ni lo dudó. «Estoy ahí en 15 minutos», respondió.

La jura de García Mansilla fue una jugada de Rosatti para aislar a Lorenzetti. En los tribunales sostienen que el académico se acomodará al dúo que integran el presidente de la Corte y Rosenkrantz, lo que implica que se mantendrá la mayoría que habían conformado con Maqueda

En el caso de Lijo, en la Corte aducen que las dudas surgen porque el pedido de licencia tiene errores legales. El texto fue escrito por la secretaria general de la Cámara Federal de Apelaciones, Susana Echeverría, se supone una experta en estas cuestiones.

En realidad la cuestión es más política que legal y algunos admiten que Lijo se metió solo en una trampa y ahora depende de la mayoría de la Corte. El juez, se sabe, es muy cercano a Lorenzetti y su asunción equilibraría un poco la balanza de la interna y hasta pondría en riesgo la mayoría de Rosatti, si es que finalmente García Mansilla juega para el rafaelino.

De cara a la discusión sobre la licencia el jueves próxima, hay dos escenarios. Uno es que García Mansilla se pliegue a Rosatti y Rosenkrantz y vote el rechazo de la licencia, lo que parece improbable porque acaba de asumir y difícilmente vote en contra del gobierno. El escenario más probable es que se excuse, con lo que la probabilidad es que la votación sea 2 a 1.

Lijo tiene una salida que es renunciar a su cargo como juez federal, pero en su entorno dicen que no quiere saber nada porque la designación depende del Senado. De hecho, en su pedido de licencia afirma que la designación en la Corte «carece de estabilidad».

En el medio de esta pelea, en el Senado empezaron a negociar para voltear el pliego de García Mansilla, pero en el gobierno dicen que antes pueden retirarlo y apostar a judicializar el tema y ganar tiempo hasta las elecciones, donde cambiará la composición de la Cámara alta.

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