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El choclo, también conocido como maíz, elote, jojoto y mazorca en distintos países de la región, es uno de los alimentos más básicos y recurrentes de la gastronomía latinoamericana.
Su domesticación comenzó hace aproximadamente 9.000 años en la región del actual México, cuando los agricultores empezaron a recolectar semillas de un pasto silvestre llamado teosinte. Con el tiempo, se convirtió en un alimento básico en diversas culturas y se difundió por todo el continente americano. Generalmente es blanco o amarillo, pero también existe en variedades rojas, moradas y azules.
Si bien en algunas culturas es más popular que en otras -en México se le dedica un día entero: el 29 de septiembre-, se trata de un vegetal que, gracias a su versatilidad culinaria y aportes nutricionales, se usa como ingrediente en múltiples platos; tradicionales y modernos, fríos y calientes, dulces y salados.
Se puede saborear el choclo en guisos, tartas, empanadas, pasteles, postres, ensaladas, guarniciones y también solo. De hecho, tanto en la Argentina como en Brasil, el choclo -o milho– caliente con manteca y sal es una de las ofertas más comunes de los vendedores ambulantes que caminan las playas en busca de clientes, y de las tradiciones veraniegas más típicas y disfrutadas.
“El choclo es un alimento rico en carbohidratos complejos, proteínas, fibra, vitaminas y minerales esenciales”, sintetiza Matías Marchetti, nutricionista especializado en alimentación deportiva (M.N. 7210). “Esto lo convierte en una buena fuente de energía que favorece la salud digestiva y contribuye a la sensación de saciedad”.Según Healthline, el sitio web estadounidense que se especializa en corroborar y compartir información sobre temas de salud, 100 gramos de choclo hervido contienen 96 calorías, un 73% de agua, 21 gramos de carbohidratos (principalmente almidón), alrededor de 4,5 gramos de azúcar, 3,4 gramos de proteína (aunque de baja calidad), 2,4 gramos de fibra y 1,5 gramos de grasas.
Beneficios del consumo de choclo
El consumo de choclo se asocia con varios beneficios para la salud. Entre ellos, Marchetti destaca los siguientes:
Recomendaciones y advertencias
A pesar de ser un alimento rico en nutrientes, Marchetti hace énfasis en que su contenido calórico y de carbohidratos es significativo y que, por eso, las personas con condiciones como la diabetes, deberían consumirlo con moderación -vale aclarar, su índice glucémico es moderado, pero no alto- y dentro de un plan alimentario equilibrado supervisado por un especialista.
Para el especialista, una porción adecuada de choclo es de alrededor de media taza de choclo al día, de dos a tres veces por semana; siempre ajustando el consumo a las necesidades calóricas y nutricionales bioindividuales.
Además, recomienda consumirlo junto con otras legumbres para potenciar sus beneficios. “Si los combinamos con estos se complementan los aminoácidos y mejoran la calidad proteica”.
En cuanto al método de preparación, Marchetti comenta que puede afectar ligeramente las propiedades nutricionales: hervirlo demasiado, por ejemplo, podría reducir el contenido de vitamina C presente en el alimento.
Por último, Marchetti advierte que, en personas con un intestino sensible, el choclo podría no ser ideal e incluso un agente irritador.
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