Carlos III depositó, uno por uno, los objetos –algunos de ellos, personales– en una caja de roble que será abierta dentro de cien años. Una taza vintage con motivos de jardinería, antiguas tijeras de podar, semillas, una bufanda escocesa, una botella de whisky de malta Highgrove, un periódico y una carta escrita a mano y dirigida a las futuras generaciones… El monarca de Reino Unido armó esa cápsula del tiempo el miércoles 15 para celebrar los 35 años de The King’s Foundation (una organización que creó cuando era príncipe de Gales y que trabaja en iniciativas vinculadas con la sustentabilidad, el medio ambiente y la educación) y lo hizo en compañía de dos famosos que son embajadores de esa institución: la estrella de rock Sir Rod Stewart y su mujer, Penny Lancaster.
En la distendida ceremonia también hubo representantes de la comunidad y estudiantes de la fundación que celebraron las bromas que hacía Stewart, como cuando el músico se quitó de la muñeca su reloj Omega con diamantes incrustados y simuló que lo pondría en la caja, o cada vez que el Rey agregaba un objeto a esa cápsula cuyo destino fue ser enterrada en el parque de Dumfries House, la sede de The King’s Foundation ubicada en Cumnock, Escocia, hasta 2125, año en que será abierta.
LA NACION
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