Se le cerró la persiana en los primeros 20 minutos de la final de la Sudamericana: Racing sacó del medio, empezó dominando, le anularon el primer grito a Martirena y, segundos después de que el #15 convirtiera el primer gol válido ante Cruzeiro, Cristian García volvió en sí. Cayó en la realidad. El vendedor de autos e hincha fanático de Racing estaba en el Cilindro, alentando a su querida Academia desde Buenos Aires, aunque luego de esos primeros 20´ no recordaba por qué se encontraba allí. A un mes de la hazaña en Asunción, Cristian le contó su historia a Olé: “No entendía por qué había ido a la cancha ni qué partido estábamos mirando”.
Cristian Garcia, hincha de Racing con su primo y el hijo, festejaron el título obtenido por la academia.
-Te invito a comenzar haciendo una reconstrucción cronológica de lo que ocurrió aquella tarde…
-Lo primero que recuerdo es que, con mucho entusiasmo, fuimos a la cancha en familia. Por la ansiedad lógica del partido que estábamos por vivir, llegamos con mucho tiempo de anticipación y nos acomodamos en un buen lugar y cimos los shows de Abel Pintos y Antonio Ríos, quienes cantaron en el Cilindro antes del comienzo del partido. Hasta ahí todo en orden…
-¿Qué fue lo último que recordás?
-Luego de los shows previos, sintonizaron la transmisión en las pantallas: cantó el Pepo, enfocaron a Gustavo Costas y ahí me quedé en negro. No recuerdo nada.
-¿Y sentiste algo?
-No, nada. Fue un lapso de tiempo en el que estaba despierto, pero fue similar a estar dormido. No sentía nada ni recuerdo nada de lo que ocurrió a mi alrededor.
Cristian Garcia, hincha de Racing con su primo y el hijo, festejaron el título obtenido por la academia
-¿Cuándo despertaste?
-Justo después del segundo gol de Martirena, el primero que fue convalidado.
-El primero no lo viste…
-Nunca lo vi. Se me cerró la persiana. Mi primo me dice que tiraron una bomba de estruendo y explotó cerca mío, pero yo nunca lo escuché tampoco. Fue muy raro la verdad.
-¿Te costó volver a caer en tiempo y espacio?
-Totalmente. Cuando volví, me sentía flotando y no estoy muy flaco como para flotar, ja. Me preguntaba qué hacía ahí, por qué había ido a la cancha. No entendía por qué había ido a la cancha ni que se estaba jugando la final. Es más, le tuve que preguntar a mi primo, que estaba al lado mío, por qué estábamos en la cancha. Me miró y se asustó mucho…
-¿Cómo fue esa conversación que tuvieron?
-Le dije: no me tomes como loco, pero desde que cantó el Pepo hasta que hicieron el gol no sé qué pasó. Y él, muy asombrado, me pregunta: “¿No viste el gol que le anularon a Martiarena? Si moviste los brazos y festejaste el gol”. Claramente no sabía nada de eso. No recuerdo nada. Es rarísimo todo.
-¿Fuiste al médico?
-Sí, me quedé preocupado. Tengo 53 años y nunca me había pasado. Me mandaron al neurólogo para hacerme un electroencefalograma y una tomografía, las dos cosas dieron bien. Los médicos me dicen: “No ganas nunca, una emoción, ja”.
-Claro, es todo alegría…
-Pero claro, olvidate. Desde que ganó Racing camino por la vida con una sonrisa de oreja a oreja. Soy feliz.
Cristian Garcia, hincha de Racing con su primo y el hijo, festejaron el título obtenido por la academia