El fin de año está a la vuelta de la esquina, y con él, la familiar sensación de agotamiento y tensión que suele acompañarnos. Este sentimiento trasciende el ámbito laboral e impacta todos los aspectos de nuestras vidas: desde las tareas más simples hasta las actividades que disfrutamos, como salir con amigos o compartir con la familia.
¿Podemos mirar hacia el nuevo año sin sentirnos «quemados»? La respuesta es un rotundo sí, pero para lograrlo, debemos tomar conciencia del estrés constante y fomentar una actitud más positiva, donde nuestras metas sean realizables y, sobre todo, placenteras. Hemos identificado esta necesidad y, por ello, hemos implementado diversas iniciativas para brindar herramientas a nuestros colaboradores.
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Es fundamental reconocer que el tiempo es nuestro recurso más valioso; irrecuperable y único. No podemos comprar más tiempo ni solicitarlo a préstamo. Lo que realmente podemos hacer es organizar nuestro tiempo de manera más eficaz. Aunque puede parecer complejo, esta es una de las mejores, si no la única, formas de maximizar este recurso tan limitado que, a menudo, se ve desplazado por una interminable lista de tareas.
Aprender a gestionar el tiempo
Un primer paso hacia el bienestar durante esta época del año es aprender a gestionar el tiempo. Por ejemplo, podemos empezar por reconocer que el multitasking, es decir, la realización de distintas tareas laborales a la vez, es mucho más dañino que funcional. Esta creencia popular de que hacer múltiples cosas a la vez aumenta la productividad, es en realidad contraproducente. La experiencia nos muestra que cuando nos enfocamos emocional y mentalmente en cada tarea individual, los resultados son notablemente mejores. Al no priorizar nuestras tareas, es fácil caer en la procrastinación, donde la cantidad de trabajo parece abrumadora y, en lugar de actuar, terminamos posponiendo nuestras responsabilidades.
Una herramienta clave para la gestión del tiempo es la agenda. Sea analógica o digital, la agenda nos permite depositar una gran cantidad de información que teníamos en la cabeza, y liberar espacio mental para poder ser creativos e innovadores en cada tarea, en lugar de pensar en la próxima que debo hacer. Es decir, cuanto más claro tenemos nuestro horizonte de objetivos y tareas por cumplir, más concentración podremos dedicar a cada uno de esos trabajos individuales y mejores serán los resultados. Se trata de evitar el rumeo mental constante y sacarle peso al cerebro.
Establecer tiempos para cada tarea y tener un reloj a mano para evitar la irrupción del celular, pueden ser otros consejos útiles. Es mejor aportar valor a un solo proceso, que estar presente en varios a la vez. Es clave organizar esto entre los equipos, siendo sinceros con la cantidad de tareas que cada uno tiene y los tiempos que requieren, para poder resolver colectivamente la organización y cumplir con los objetivos propuestos. Colectivizar problemas hace que se puedan encontrar soluciones en conjunto: como dice el famoso dicho, cuatro manos hacen más que dos, y un grupo de cerebros tienen más posibilidades de encontrar una buena idea, que uno solo.
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En esta época del año es clave no frustrarse si nos encontramos cansados o “quemados”, sino buscar la salida e intentar prevenir que le suceda lo mismo a nuestros compañeros de trabajo. En Holcim, buscamos que cada una de las personas que forman parte de nuestros equipos alcancen su mejor versión, y sabemos que, para hacer las cosas bien, primero hay que sentirse bien. Por eso, tenemos un Programa de Bienestar Integral, que trabaja en 5 dimensiones: cuerpo, mente, finanzas, espacios y comunidad, entendiendo que estos ámbitos en conjunto nos ayudan a construir una experiencia laboral saludable. Cada uno de estos ejes se articula por medio de herramientas para cuidar la salud y potenciar la educación; programas de reconocimientos e inclusión de la familia; tiempo extra para cada colaborador, traducido en los “Días Holcim”, día cumpleaños, entre otros beneficios que forman Mundo Holcim: con diversidad de descuentos en productos propios, acceso a gimnasios, universidades y otros descuentos en empresas aliadas.
Finalmente, un punto clave es aprender a gestionar las distracciones. A esta altura, no podemos evitar la naturaleza ininterrumpida de nuestra vida moderna, por lo que es mejor asumirla y gestionarla. Propongo establecer metas, como media hora de concentración total seguida de cinco minutos de descanso para tomar una infusión o revisar el teléfono. Abordar esas pequeñas pausas nos permitirá trabajar con profesionalismo y calidad.
Lograr equilibrio y tranquilidad en esta época del año es un gran desafío, pero es esencial para encarar el nuevo año con creatividad y la capacidad de innovar. Debemos trabajar juntos hacia una cultura laboral que inspire e incentive a ir lejos, gestionando nuestra energía y cuidando nuestro más preciado tesoro: el tiempo.
* Directora de Recursos Humanos de Holcim Argentina