El derrumbe del real brasileño, que en lo que va del año cayó 20% preocupa a varios sectores económicos de Argentina. Pese a la fuerte intervención que viene realizando el Banco Central en el mercado cambiario, el gobierno de Lula Da Silva no termina de encontrarle la vuelta a las presiones del mercado sobre el real.
Gabriel Galípolo, director del Banco Central y quien asumirá el próximo 1 de enero la presidencia de esa institución autónoma en reemplazo del economista Roberto Campos Neto, aseguró este jueves que la institución mantendrá, mientras lo considere «necesario», sus intervenciones en el mercado de cambio, al que ha inyectado en los últimos diez días unos US$ 12.000 millones. Buena parte de esa intervención se dio este mismo jueves y apenas consiguieron que al moneda brasileña retrocediera de 6,30 reales por dólar a 6,14.
«Al Banco Central de Brasil le llevaron hoy US$ 8.000 millones en dos subastas: una de US$ 3.000 temprano y no suficiente con eso, otra de US$ 5.000 hace un rato», planteó el economista Franco Tealdi en la red social X.
Los analistas están previendo que la inestabilidad financiera podría impactar en la actividad económica. Para la consultora Outlier, en función de la caída del real «dada la magnitud de la variación acumulada por el tipo de cambio y el efecto ingreso y riqueza negativo, asociado a su suba y la caída del precio de los activos, es poco probable que la crisis de confianza, con eje en el frente fiscal, no tenga efectos negativos sobre la economía real«.
En dicho caso, «es poco probable que no haya contagio en la región, en general, y Argentina, en particular. Brasil es la principal economía a nivel regional y sigue siendo nuestro principal socio comercial. En ese sentido, el resto de las monedas de la región parecieron tomar nota de lo acontecido, en Brasil y en EE.UU., y las depreciaciones fueron generalizadas», agrega Outlier.
Horacio Miguel Arana, economista de la Fundación Internacional Bases, plantea que el impacto principal de la devaluación del real «ya se está observando en el turismo y probablemente se siga viendo. También puede replicarse en sectores que suelen tener una mayor volatilidad, vinculados diariamente al comercio exterior. Sin embargo, el grueso del volumen del comercio no se mueve a largo plazo por el tipo de cambio sino más por las modificaciones en la demanda y por la actividad económica. Dada la recuperación de la actividad que está atravesando Argentina las importaciones tienden a aumentar, impulsado por ese dólar más barato en comparación con Brasil».
Para Arana habrá que evaluar también «el impacto en las reservas, que estará un poco atado al régimen que el gobierno elija a la hora de salir del cepo. Por otro lado, el sector industrial y la fabricación local tendrá que adecuarse a una situación difícil, ya que la competitividad está en riesgo frente a cada devaluación del real».
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Annabella Quiroga
Redactora de la sección Economía, especializada en negocios [email protected]
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