Desde la UMET, Cristina Kirchner realizó un extenso discurso en el acto organizado para que asuma la presidencia del PJ bonaerense. Con la presencia de referentes del peronismo, la gran ausencia fue el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Su ausencia agrega un nuevo elemento al conflicto que continúa luego de que el gobernador no diera su apoyo explícito a la ex vicepresidenta en su candidatura al PJ, al competir con Ricardo Quintela por la presidencia.
Cristina comenzó su mensaje intentando hacer un contrapunto con la cadena nacional de Milei el martes por la nochecon motivo de cumplirse un año de su presidencia. “Hay una aceptación de la sociedad de ajuste violento sobre amplios sectores, siempre y cuando ‘no me toque a mí” afirmó, como si Milei contara con el apoyo de toda la sociedad.
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Lejos de esta imagen, el 2024 estuvo colmado de protestas, asambleas barriales, sindicales, estudiantiles, movilizaciones como la educativa con decenas de miles en las calles, lucha de trabajadores estatales, docentes, aeroportuarios, jubilados, de la salud, de la economía popular. Porque cuando las y los trabajadores y juventud fueron convocados por las direcciones sindicales a pelear contra las medidas de Milei, salieron a la calle y adhirieron a los paros. Decir que solo hay aceptación, es negar esas luchas, y encubrir el propio rol del peronismo al dejar correr el plan motosierra.
La exvicepresidenta continuó remarcando los problemas económicos, las falencias del plan libertario y las consecuencias innegablemente catastróficas que tuvo para sectores amplios de la población, con devaluación, aumentos de tarifas, servicios, recesión, etc. Viniendo de las otras consecuencias desastrosas del último gobierno peronista, armado y compuesto por Cristina Kirchner, este discurso busca intentar volver a posicionar al peronismo como alternativa, electoral, frente a «algo peor».
Para mostrar respaldo dentro del peronismo, se mostró en el escenario acompañada por José Mayans y Germán Martínez, jefe de los bloques de senadores y diputados en el Congreso Nacional, y otros legisladores y exfuncionarios referentes del kirchnerismo. Pero la división interna continúa, por ejemplo, con la ausencia de los gobernadores del PJ.
«La historia no empieza cuando cada uno llega o cuando uno se va. Lo digo por algunos compañeros del peronismo tardío», dijo Cristina dando cuenta de que la interna con el gobernador bonaerense no está pronta a resolverse.
Sin embargo, el partido justicialista y el peronismo atraviesan una profunda crisis interna, producto del fracaso del gobierno de Alberto y Cristina Kirchner. Con Guzmán primero y Sergio Massa después aplicaron un ajuste brutal sobre los sectores populares, a costa de seguir pagando la deuda externa con el FMI. El problema de conducción, hace a un problema electoral en el peronismo, pero su resolución no busca atender y revertir la crisis social de los últimos años. El peronismo sigue mostrando la ausencia de un proyecto económico y político alternativo al pago de la deuda, al ajuste al gasto público y descargar sus consecuencias sobre los sectores populares.
Esa falta de alternativa también se mostró durante la gestión de Milei, Caputo y Bullrich. Las críticas en los discursos no se corresponden con sus acciones. Desde los senadores y diputados “peronistas con peluca” que le aprobaron la Ley Bases a Milei, como el escandaloso Kueider ahora detenido en Paraguay, hasta la enorme traición de la CGT dejando pasar despidos, reforma laboral, mientras negoció su propia agenda.
En definitiva, “la sociedad” no aceptó la motosierra, como intenta argumentar la ex vicepresidenta. La motosierra pasó gracias a la colaboración por acción o por omisión de una parte importante de los partidos del régimen, incluido el peronismo.